Generación McLuhan
Primera Edición Especial
Julio 1997


| Edición Especial | Anteriores | Contribuciones | Sobre la Revista | Sitios de Interés | Directorio

Géneros, Jóvenes y Comunicación

Género y medios masivos de comunicación:
una propuesta de investigación
(1)

por: Cecilia Rodríguez Dorantes (2)

1. Introducción

Los estudios de la relación entre medios masivos de comunicación y públicos específicos tienen una larga historia que sin duda se remite a los orígenes mismos de la investigación de la comunicación. Si bien mujeres y hombres han sido sujetos de indagación en esa relación, no es sino hasta la aparición de la perspectiva de género como propuesta filosófica, ética, política, conceptual, teórica y metodológica, cuando en el campo del estudio de la comunicación la condición de género y la situación de vida de mujeres y hombres se hacen visibles a través de una mayor complejización analítica de los fenómenos comunicacionales.

Sin embargo, hasta el momento presente, la gran mayoría de estas investigaciones se han centrado en estudiar fundamentalmente a las mujeres, quedando los hombres -por razones explicables (3) aunque no justificables- relegados a un segundo plano.

Sin importar el país de donde provienen los señalamientos, al parecer existe un problema que es generalizado y contundente: las mujeres y hombres no sólo son proyectados de manera diferente en los medios, sino que además las imágenes que de ellos se difunden son con mucha frecuencia poco realistas, falsas y desequilibradas (INSTRAW, 1995). El asunto se complica aún más si consideramos que no sólo se trata de las imágenes que se transmiten, sino también del lugar que mujeres y hombres ocupan dentro de los sistemas de medios de comunicación, y por supuesto dentro de la sociedad y la cultura específica de que se trate.

En cualquier caso, el balance es el mismo: en los más diversos países las mujeres son pobremente servidas por los medios, es decir, hay problemas tanto con la calidad (mal representadas) como con la cantidad de las representaciones de las mujeres (subrepresentadas) en los medios (UNESCO, 1989; Communications Research Associates, 1991). Valga como ejemplo un estudio realizado en Estados Unidos en 1992 sobre la presencia/ausencia de figuras femeninas y masculinas en las tres cadenas de televisión más importantes (ABC, CBS y NBC). Este estudio demostró que las noticias sobre mujeres descendieron de 18% en 1974 a tan sólo 3% en 1992 (Communication Research Associates, 1992). Además, los investigadores encontraron que cuando las mujeres aparecían en las noticias se debía fundamentalmente a tres razones: 1) o eran víctimas de accidentes o violencia, 2) o eran parientes de algún hombre en el poder, o 3) eran estereotipadas, trivializando cualquier actividad que pudiera ser descrita como productiva para la sociedad.

2. Aportaciones de la perspectiva de género

Sin duda alguna, lo que hoy día conocemos como perspectiva de género tiene su origen en los movimientos de reivindicación de las mujeres iniciados desde el siglo XVII, siendo la década de los sesentas el periodo histórico de mayor fuerza política y cultural de los diversos movimientos feministas.

El concepto de "género" data de 1955, cuando el investigador John Money propuso el término "papel de género" (gender role) para describir el conjunto de conductas atribuídas a las mujeres y los varones. Sin embargo, fue hasta 1968 cuando Robert Stoller estableció más claramente la diferencia conceptual entre sexo y género al utilizar el concepto de "identidad de género" (gender identity) (Gomariz, E., 1992) (4).

El impacto de las modas teóricas y conceptuales en el campo de las ciencias sociales, incluído nuestro campo de conocimientos, ha conducido a un uso inexacto del concepto género y a una comprensión limitada de la perspectiva de género.

En este sentido tenemos que, el concepto género se utiliza actualmente de las siguientes maneras:

Por otra parte es importante tener claridad en cuanto a que la perspectiva de género es no sólo una nueva forma de abordar teórica y metodológicamente el estudio de la condición de vida y situación vital de mujeres y hombres, sino que es una posición filosófica y política frente al mundo; en este sentido no se debe dejar de lado su carácter eminentemente crítico frente a lo establecido, lo cual implica asumir una labor de cambio.

La perspectiva de género, dentro de las ciencias sociales, surge como una herramienta conceptual y metodológica necesaria para el estudio de las mujeres y los hombres. Se trata de un enfoque que permite conocer y entender mejor sus identidades personales y sociales, así como las modalidades en que ambos géneros se comportan dentro de las intrincadas y complejas estructuras que las sociedades han creado para su funcionamiento.

En esta perspectiva el concepto de sexo (categoría clasificatoria de los seres humanos basada en la biología) es sustituído por el de género, que considera los valores creados y reproducidos dentro y a través de la cultura, como los que generan y sustentan los atributos con que se conforman, identifican y distinguen "lo fememino" y lo "masculino".

Esta perspectiva establece que la forma en que mujeres y hombres son considerados, la valoración social que reciben y la división familiar y social de su trabajo, son invenciones humanas que van mucho más allá de lo que las diferencias biológicas pudieran determinar.

Un aspecto fundamental de la perspectiva de género es que busca también superar el "androcentrismo" de las ciencias sociales que produjo una "invisibilidad" de la mujer en la historia. Permite descubrir el sexismo sustentado en nuestra sociedad occidental, sexismo que se manifiesta no tanto en la diferente distribución de actividades, sino en el menosprecio social y el poco prestigio otorgado a todo "lo femenino", frente a una sobrevaloración de la figura y quehacer del hombre, es decir, de "lo masculino" (Elu, M. del C., 1992).

Además de todo lo anterior, la perspectiva de género ha hecho las siguientes aportaciones:

3. Propuesta de investigación

Los planteamientos anteriores son el marco general sobre el que se sustenta esta propuesta de investigación sobre un campo de conocimiento que denomino "Comunicación y género", el cual se divide fundamentalmente en dos partes.

3.1 El estado del arte

En la primera, se propone la elaboración de un diganóstico a nivel nacional sobre la investigación realizada en relación al binomio comunicación y género, que permita reconstruir teórica, metodológica y analíticamente, la historia académica de los estudios realizados en México sobre este rubro.

Este estudio, sin duda de dimensiones ambiciosas, permitiría obtener un mapa exhaustivo de objetos de estudio, enfoques y perspectivas teóricas, aproximaciones metodológicas, sistemas analíticos y principales hallazgos a los que se ha arribado a partir de estos estudios, así como el contexto histórico de su producción.

Paralelamente se obtendría un directorio nacional sobre los investigadores y las investigadoras que trabajan este campo del conocimiento en el país, y las instituciones a las que se encuentran adscritos. En este punto es conveniente incluir tanto instituciones de carácter académico -públicas y privadas- como instancias no académicas, las cuales -con frecuencia- van a la vanguardia en los estudios sobre comunicación.

Por supuesto, para la realización de esta tarea se propone una coordinación regional interinstitucional e interdisciplinaria que involucre no sólo a investigadores e investigadoras, sino también a gente que se esté formando en nuestro campo.

3.2 Líneas prioritarias de investigación

Durante muchos años, en el campo académico de la investigación de la comunicación, y especialmente en sus organizaciones, se ha señalado la necesidad de que la investigación social se vincule estrechamente con los problemas más apremiantes de la sociedad. Sin embargo, tales propuestas han quedado reducidas, en la práctica, sólo a la manifestación de buenos deseos -en el mejor de los casos-, cuando no en meras banderas panfletarias.

Si bien considero que es válido el que cada quien investigue de acuerdo a sus propios intereses, a su formación, a sus apremios laborales, entre otras razones, también estoy convencida de que los investigadores de la comunicación nos hemos mantenido al margen de problemáticas sociales apremiantes que necesitan urgentemente que quienes nos dedicamos a este campo les prestemos atención y generemos, por lo menos en algún nivel, algún tipo de orientaciones para quienes son tomadores de decisiones, por no hablar ya de soluciones concretas. La investigación de la comunicación no sólo puede hacer este tipo de aportaciones, sino que también cuenta ya con los recursos humanos para hacerlo.

Bajo esta lógica, he identificado las siguientes líneas de investigación sobre comunicación consideradas como prioritarias a la luz de los siguientes criterios:

Son tres las líneas de investigación que se proponen:

1) Violencia y comunicación

Los movimientos de las mujeres, las investigaciones sobre la condición de la mujer y del hombre así como los estudios -más recientes- sobre masculinidad, han dado como uno de sus más importantes resultados el sacar a la luz pública un problema social de generalización extraordinaria, como lo es la violencia. Sin duda, la generalización de la misma ha sido la base de su aceptación y tolerancia.

Analizar el papel que los medios masivos juegan en esta situación, así como la diversidad de manifestaciones en que opera la violencia, es indudablemente un aspecto de la sociedad que necesita estudiarse. Si bien, el tema de la violencia se encuentra presente en los primeros estudios de la communication research sobre todo en los Estados Unidos, para el caso mexicano sigue siendo un tema pendiente en la agenda de los estudios sobre comunicación.

Hay tres subtemas dentro de esta línea que presentan peculiar importancia como son la discriminación, la opresión y la intolerancia.

2) Comunicación y cultura demográfica

Existen temas, como el del crecimiento demográfico y los cambios en el perfil de la población, en apariencia totalmente alejados de nuestra disciplina. Sin embargo, nuestro país, como el resto del mundo, presenta problemas y cambios demográficos que se sustentan en una cultura hasta el día de hoy no claramente identificada. Dicha cultura se manifiesta en decisiones, en apariencia exclusivamente individuales, pero cuyo impacto macrosocial es determinante.

Los medios de comunicación, a lo largo de su existencia, han contribuído a construir y reforzar una cultura demográfica cuyas primeras consecuencias estamos viviendo en la actualidad, pero que sólo son el comienzo de algo cuyos alcances no podemos imaginar.

Identificar tal cultura demográfica, su contenidos, las formas como opera, su penetración social y, sobre todo, las formas posibles de reconstruirla o de construir algo totalmente nuevo, es uno de los retos del campo de la investigación de la comunicación. La demografía ha identificado el problema, los comunicólogos debemos desarrollar propuestas al respecto.

3) Nuevas tecnologías de información y comunicación

Esta tercera línea de investigación es una de las más prometedoras en nuestro campo, no sólo porque implica ir de la mano con los avances tecnológicos que en materia de comunicación se están produciendo en el mundo entero, sino por las posibilidades que encierra en cuanto a nuevas formas de vinculación entre los humanos.

Hasta el momento, la gran mayoría de estos estudios han consistido en análisis de tipo económico-político, pero aún está pendiente el estudio del impacto social y cultural que dichas tecnologías representan.

Vivimos en una cultura en donde la posesión del conocimiento y los saberes, incluyendo la tecnología, se encuentran en manos de unos cuantos. Saber cómo opera esa apropiación -en todos sentidos- y el lugar que ocupan mujeres y hombres dentro de la misma requiere de una perspectiva más compleja y más abarcadora.

Ahora bien, ¿qué tienen que ver estas tres líneas de investigación con la perspectiva de género? Por una parte, es necesario partir de la consideración de que mujeres y hombres, de diferentes razas, culturas, generaciones, situaciones de vida, credos, cosmovisiones, adscripciones, etc., están inmersos en una cultura hegemónica desde la cual construyen, reconstruyen y destruyen también sus vidas. Estudiar la violencia, la cultura demográfica y las nuevas tecnologías de información en relación a la comunicación y sus medios, implica reconocer que mujeres y hombres, no la mujer y el hombre en abstracto, viven y sufren cada uno de esos espacios sociales de manera diferenciada. No estoy hablando sólo de la opresión de un género sobre otro, o de una generación sobre otra, sino de la opresión aún dentro de un mismo género, que es uno de los aspectos que la perspectiva que ahora retomo ha permito develar.

En segundo lugar, la socialización de género, la tolerancia a la violencia y la discriminación, la intolerancia ante la diversidad, la apropiación diferenciada de las nuevas tecnologías y de los saberes en general, son cuestiones ante las cuales los sistemas de medios de comunicación en su funcionamiento total han asumido una función fundamental que nadie se atrevería a negar a fines del presente siglo. Si bien los medios forman parte de una cultura constituída por muchas otras instancias, la comunicación ocupa un lugar en la vida de las personas que no tiene ninguna otra institución social. De ahí la necesidad de abordar temáticas prioritarias, pero de abordarlas no a partir de bloques indiferenciados de sistemas de medios, de mensajes y de receptores, sino partiendo de un enfoque de género que complejice y enriquezca los análisis que se realicen.

En tercer lugar, una propuesta como la que aquí se presenta, implica estudiar, por lo menos, los siguientes aspectos: sistemas de medios de comunicación (propiedad, estructura, funcionamiento, organización, vinculaciones nacionales e internacionales, etc.), procesos de producción y difusión de mensajes, contenidos de los mensajes, procesos de recepción y mediatización, apropiación tecnológica y uso de las nuevas tecnologías de comunicación, dependencia tecnológica, contexto histórico, etc. Todo ello tomando siempre como punto de partida una perspectiva de género.

Comentarios Finales

Las líneas de investigación que se proponen no son las únicas que requieren una atención inmediata por parte de los estudiosos de la comunicación. Sin duda, hay otros aspectos de importancia vital como es el caso del medio ambiente o la educación para la salud, por mencionar otros dos ejemplos, en donde los comunicólogos, echando mano de la perspectiva de género, tendrían mucho que aportar.

Finalmente, quisiera terminar esta presentación con una cuarta sugerencia de estudio no menos importante que las tres anteriores: conocer cómo ha operado, en el campo académico de la comunicación, la condición de género y la situación de mujeres y hombres dentro de él.

Al respecto, mucho se ha dicho que la licenciatura en ciencias de la comunicación se ha ido feminizando con el paso del tiempo; no obstante, una mirada "a ojo de pájaro" sugiere que dicho incremento de la presencia de las mujeres en los salones de clase no se corresponde con el estatus de su presencia en otros espacios del campo académico, por no hablar ya de los sistemas de medios de comunicación masiva.

Quizá, si comenzáramos a develar como opera la condición de género en nuestro propio campo, podríamos facilitar el camino hacia la comprensión de cómo opera dicha condición en otros aspectos del objeto de estudio que llamamos comunicación.

Notas al Pie:

(1) Ponencia presentada en el Coloquio "Generación McLuhan: investigadores de la Comunicación en los treinta y tantos años", Universidad Intercontinental, 22 al 24 de mayo de 1997.
Regreso

(2) Doctora en Sociología. Coordinadora de la Maestría en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Regreso

(3) "Razones explicables" en el sentido de que vivimos en una cultura patriarcal, judeo-cristiana, en donde los hombres han ocupado un lugar superior -en todo sentido- en relación a las mujeres. Por tanto, es comprensible que, gracias a los diversos movimientos feministas, las mujeres fueran recuperadas como sujetos históricos cuyas luchas deberían y deben ser recuperadas por la sociedad. Es decir, se trata de sujetos cuya condición de opresión ha guiado la necesidad de realizar estudios sobre su condición y situación de género, para cambiarla.
Regreso

(4) Es importante, para los fines de este escrito, definir los conceptos de sexo y género. El primero se refiere a la constitución anátomo-fisiológica del hombre y la mujer. Está determinado por los cromosomas sexuales (XX en la mujer y XY en el varón), las glándulas sexuales reproductoras (testículo y ovario), las hormonas (andrógenos y estrógenos), los genitales (vulva y pene) y el aspecto somático (estatura, peso y caracteres sexuales secundarios) (Borbolla, 1973. Tomado de GAlVAN HERRERA, Marina. La categoría de género como principio explicativo de las diferencias entre los sexos, tesina para obtener el título de licenciada en Psicología, UNAM/Fac. de Psicología, 1988. Por otra parte género se refiere a un complkejo de determinaciones y características económicas, sociales, jurídicos-políticas y psicológicas, es decir, culturales, que crean lo que en cada época, sociedad y cultura son los contenidos específicos de ser mujer o ser hombre. Los géneros son históricos, producto de la relación entre biología, sociedad y cultura; devienen y presentan una enorme diversidad (M. Lagarde). Tomado de CAZES, Daniel. "La dimensión social del género: posibilidades de vida para mujeres y hombres en el patriarcado", en Antología de la Sexualidad Humana, México: CONAPO/Miguel Angel Porrúa, Tomo I, 1994.
Regreso

Bibliografía

COMMUNICATIONS RESEARCH ASSOCIATES (1991). Media Report to Women, January/February, citado en INSTRAW (1995). Content Discontent. Towards a Fair Portrail of Women in the Media, Santo Domingo, República Dominicana: INSTRAW.

COMMUNICATIONS RESEARCH ASSOCIATES (1992). Media Report to Women. Summer, citado en INSTRAW, ibidem.

DE BARBIERI, Teresita (1992). "Sobre la categoría de género. Una introducción teórico-metodológica", Revista Interamericana de Sociología, año VI, no. 2, 1992.

ELU, Ma. del Carmen. "La reproducción desde una perspectiva de género", en ELU, Ma. del C. y Luis Leñero O. (coords.) De carne y Hueso. Estudios sociales sobre género y reproducción, México: Insituto Mexicano de Estudios Sociales, A.C., 1992.

INSTRAW (1995). Content Discontent. Towards a Fair Portrail of Women in the Media, Santo Domingo, República Dominicana: INSTRAW.

LAMAS, Marta. "La antropología feminista y la categoría de "género"", en Nueva antropología, vol. VIII, no. 30, México, 1986.

SCOTT, Joan W. (1992). "El género: una categoría útil para el análisis histórico", en AMELANG, James y Mary Nash (eds.). Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea.

UNESCO (1989). World Communications Report. Citado en INSTRAW (1995), op. cit.

UNGO M., Urania. "Del feminismo al "enfoque de género"", en FEM, año 17, no. 124, junio 1993, p. 7-12.

Generación McLuhan


Regreso al índice de esta edición