México

Inicio 

LA GUERRA Y LA PAZ: OBAMA, ISLAM Y CATOLICISMO

AddThis

Por: Joseph Duggan
Número 68

“Los Estados Unidos no están y nunca estarán en Guerra con el Islam”, dijo el Presidente Barack Obama en el Medio Oriente la semana pasada.  Su visita a Turquía e Irak fue un exitoso, bien meditado primer paso en el largo camino hacia la reconstrucción de las relaciones de Estados Unidos con los mil millones de musulmanes en el mundo.

Esta semana Obama hará su primer visita a un país en verdad Católico – México, hogar de casi el 10 por ciento del total de los mil millones de Católicos.  (En Europa visitó lugares seglares, países post-cristianos).  Es oportuno hacer notar que muchos líderes Católicos en los Estados Unidos y en otras partes, creen con la mayor seriedad que la Presidencia de Obama está en guerra con el Catolicismo

Esta analogía y su contexto no son sencillos, y sería irrespetuoso tanto para musulmanes como Católicos insinuar que así lo fuera.  Haciendo justicia a Obama y a quien concierna, presento algunos antecedentes:

Obama tiene una puerta abierta con los muslmanes pues se presenta como la antitesis de George W. Bush.  Bush tambien visitó una mesquita, alabó a los musulmanes por su fe, e insistió en que los Estados Unidos no estaban en guerra con el Islam.  Pero sus palabras y actitudes perdieron credibilidad a la luz de las fallas político-militares en Irak.  Inclusive, mientras Bush no quería deshonrar al Islam y a los musulmanes, un sector clave de quienes lo apoyaban era xenofóbicos que insultaban abiertamente esta fe religiosa y a sus creyentes en el único Dios.

Los xenofóbicos identifican equivocadamente a los musulmanes y originarios del Medio Oriente con jihadis y terroristas. Los mismos xenofóbicos llevan al extremo lo concerniente a inmigración ilegal de México y tienden a estereotipar a los mexicanos como predadores e invasores.

Como Ronald Reagan, Bush creía que la inmigración, aunque tarea dificil o revuelta, era factible de manejarse por una gran nación como los Estados Unidos – la famosa “nación de inmigrantes”.  Esta era una postura a favor de la población y por ende “pro-vida”. Debe recordarse que Bush propuso una reforma moderada, motivada humanamente a “la ley integral de inmigración”. Aunque Bush era muy popular con el público en general en ese momento y contaba con la mayoría Republicana en el Congreso, los xenofóbicos tenían suficiente poder para derrotar la propuesta de Bush. Lo forzaron a violar sus promesas y firmar una ley para construir una pared estilo Berlín en la frontera con México.

Los xenofóbicos de la Derecha no son miembros de la coalición electoral de Barack Obama.  Pero la presidencia de Izquierda de Obama tiene un problema con la fe Católica y la tradición moral al menos tan serio como la que tuvo la Derecha con los Musulmanes del mundo.

Este es el desenfrenado abrazo enamorado de la Presidencia de Obama a lo que el Papa Juan Pablo II llamaba la “cultura de la muerte”.  Uno de los primeros actos oficiales de Obama fue rescindir la “Política de la Ciudad de México” del Presidente Reagan – pilar de la agenda pro-vida.  Esta política, a la que se le dió el nombre de la ciudad en donde se anunció en una conferencia internacional, prohíbia el uso de los fondos derivados de los contribuyentes de impuestos de los Estados Unidos en la ejecución o promoción del aborto en otros países.  Obama tambien ha rescindido la prohibición del anterior Presidente Bush del uso de fondos federales para la destrucción de embriones humanos vivos – es decir, seres humanos aún no nacidos – para “investigación cientifica”.
 
Para empeorar la situación, la Secretaria de Estado de Obama, Hillary Clinton, cometió el mayor de los insultos contra el Catolicismo y el santo icono mas reverenciado en México, la Virgen de Guadalaupe.  En México a fin de preparar la visita de Obama, Hillary visitó la basílica en la Ciudad de México que expone la imagen de la Virgen María, imagen que los Católicos tienen fe de que es la aparición milagrosa en la tilma de un indígena hace quinientos anos. La Virgen de Guadalupe es para los Católicos en los Estados Unidos al igual que en America Latina, baluarte y patrona del movimiento pro-vida en contra del aborto.

Al ver la imagen, Hillary preguntó, “Quién la pintó?”  Para los mexicanos y otros Católicos, tal comentario fue una ofensa semejante a decir en una mesquita del Medio Oriente que el profeta Maoma “compuso” el Sagrado Corán como una obra de ficción imaginativa, cuando la creencia es que él registro los pronunciamientos divinos.

El siguiente día a su poco diplomático comentario en la basílica, la Secretaria Clinton, de vuelta en los Estados Unidos, aceptó el mayor premio concedido por la principal organización mundial que promueve el aborto, la Federación de Paternidad Planeada. Esta no fue la acción de alguien poco sofisticado o poco informado.

El arzobispo José Gómez de San Antonio, Texas, dijo este mes: “El Presidente Obama ha dejado claro que su política respecto al aborto y a la protección general de la vida inocente está diametralmente opuesta a las ensenanzas de la Iglesia Católica”.  

El conflicto entre Obama y la Iglesia Católica se agrava al elegir a Católicos nominales pro-aborto, Joseph Biden, vicepresidente, y el Gobernador de Kansas Kathleen Sebelious, secretaria de salud y servicios humanos.  El Arzobispo Joseph Naumann de Kansas City le dijo a Sebelius públicamente que “no se presenatara a recibir la Sagrada Comunión hasta que reparara el daño causado con el escándalo de su antaño apoyo a la legalización del aborto”.  Naumann escribió acerca de Sebelius y Biden, “me entristece que tantos Católicos, a fin de ganar políticamente, eligen comprometer su fe Católica al fracasar en la defensa del más fundamental de todos los derechos humanos – el derecho a la vida”.

Los Católicos con criterio reconocieron en el Discurso de Toma de Posesión de Obama algunos de los clichés más tediosos del anti-Catolicismo: la denuncia de los “gastados dogmas” y la promesa de “restaurar la ciencia a su lugar justo”.  Los Católicos intelectualmente formados en la fe dirían, sed contra: el Catolicismo ya da a la ciencia su correcto lugar de honor, como la investigación de las maravillas en el orden de la Creción, no sólo por la mejora de la humanidad sino, como San Ignacio de Loyola dijo, ad majorem Dei gloriam.  El humanista seglar supersticioso ha tenido a los dogmas como objeto de su miedo irracional; para los Católicos, los dogmas son los esfuerzos en la excelencia intellectual, bajo el consejo del Espíritu Santo, que dan razón a la gloriosa realidad del milagro y misterio.

La agenda en México de Obama se enfocará en asuntos actuales de seguridad y economía.  Pero a pesar de lo que él pueda lograr con estos tópicos efímeros, sigue teniendo diferencias irreconciliables con el Catolicismo en la controversia eterna que separa el culto seglar de muerte e incredulidad del amor Católico de vida y sus misterios.


Joseph Duggan
Is a former speechwriter for President George H.W. Bush and a former aide to Ambassadors Jeane Kirkpatrick and Edward Rowny. He has a master’s degree in statecraft and world politics from the Institute of World Politics, Washington; and a bachelor of arts degree in classical languages and literature from the University of Dallas.


© Derechos Reservados 1996- 2008
Razón y Palabra es una publicación electrónica editada por el
Proyecto Internet del ITESM Campus Estado de México.