Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Agosto - Septiembre
2005

 

Número actual
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52)(55) 58645613
Fax. (52)(55) 58645613

Nils, el Arte, la Ciencia y la Imagen de Dos Reinos
 

Por José Rojas
Número 46

Nils Navarro no es, propiamente, único (sí, como ser humano sí, como todos los humanos). Hay otros cómo él, pero en gran medida “raros”, artistas de la imagen visual que no desdeñan consagrar buen tiempo, sensibilidad, conocimiento y talento a la “ilustración” naturalista o científica, como queramos llamarle; raros cultivadores de la ilustración como confluencia del arte y el discurso científico.

A este pintor, acuarelista, dibujante y fotógrafo, que nada casualmente acaba de ganar el Premio de la Ciudad de Holguín (2005) en “Paisaje”, entre muchas exposiciones personales y colectivas, nacionales e internacionales y premios a su haber (incluyendo otro Premio de la Ciudad, en 1991), nada ajena, sino muy querida le resulta la imagen para el catálogo, el texto, cualquier modalidad del museo, la exposición o el estudio científico.

Imagen desconocida o rehuída como “artística” por muchos de estrechos horizontes, la ilustración entendida como arte deviene, al contrario, en un reto mayor, una empresa que suma el talento creativo y el afán cognoscitivo, ese paradójico empeño en reproducir, describir con fidelidad y “veracidad” máximas un ejemplar, un paisaje o un ambiente y, a la vez, ser creativo, crear recreando, enriquecer sin traicionar, valorizar sin adulterar para alcanzar, al menos, dos de las tres virtudes cardinales de la estética clásica, postromántica y de otros dignos señores devotos del arte, más que consumado, “divino”: Verdad y Belleza. Y, ¿quién puede asegurar que, aunque no se haga explícita, a éstas se sume el espíritu de la tercera, es decir, de la Justicia?

Dejando aquí las incitaciones filosóficas y metafísicas, digamos en planos más concretos que la obra de Nils (óleo, acuarela, dibujo, fotografía) se nos propone como una síntesis del wildlife (entre los grandes maestros o ejemplos suyos nombra a Jonhn James Audubon, el gran precursor de los modernos, a Luis Agazis Fuertes, Roger Tory Peterson, Robert Bateman, Jean-Luc Grondin y Jorge Duporté) y la ilustración científica en la historia natural (como los maestros cubanos Otón Suárez y Román Compañy).

Nacido en 1971, y partiendo de las experiencias de muchos años de trabajo como taxónomo y curador de colecciones científicas en el museo de historia natural “Carlos de la Torre y Huerta”, de Holguín, como gran aficionado a la espeleología y la excursión geográfica y presidente del “Caribbean Wildlife Art Working Group”, el joven graduado de la Escuela Profesional de Artes Plásticas (1990) y, luego, del magisterio de arte en el Instituto Superior Pedagógico de Holguín (2003), sintió y siente el impulso de hacer confluir ambas aptitudes, conocimientos y deleites.

Su obra parte enfocada al unísono desde la figuración plástica y los valores irradiados por la percepción del medio natural. Nils somete su arte (y su vida) a un flujo y reflujo que lleva la plástica, los valores del arte visual, a los textos sobre la naturaleza y, a la inversa, se nutre de la naturaleza lo mismo que de las ilustraciones ya dadas con un simple valor descriptivo o expositivo, para crear obras de arte.

Así, la descontextualización de lo natural y de la ilustración científica perviven en su obra de modo tal que, en una de las direcciones del citado flujo, no será el texto científico sino la galería y el público de arte los destinatarios de sus imágenes.
Como científico e ilustrador, a Nils se asocia el mérito de la descripción de nuevas especies, antes no sólo sin imágenes correspondientes, sino francamente desconocidas. Entre ellas el Chamaleolis agueroi y el Anolis ruibali, o sea, en términos más comprensibles para los que no gozamos del saber naturalista de Nils, dos especies de lagartos. También le fue dedicada una especie de arácnidos (Centruroides Navarroi Teruel, 2000).
Regodeándose —no entre ni a medias, sino a la vez— con lo científico y lo artístico, Nils ha ido logrando la difícil síntesis de ciencia y arte, la ilustración del texto exacto y la obra para la galería, de subrayar los caracteres diagnósticos y los detalles más precisos, a la vez que recrea con belleza plástica los ejemplares a que se deben dichos rasgos, a podido mirar y ver, y enseñado a mirar a ver a la vez con el conocimiento y la vista, más allá del simple registro fotográfico, más allá de la simple imagen.

Con compleja, rica y sabia imaginación y sensibilidad, la “rara” obra de Nils Navarro Pacheco —muy abundante en Cuba pero también diseminada en colecciones estatales y privadas en EEUU, Canadá, Alemania, España, República Dominicana, Puerto Rico y Caymand Island— se nos ofrece como un regalo de la verdad y la belleza, llena de justo y fecundo amor a la naturaleza, el arte y el hombre; obra que, con toda justicia, no podemos menos que admirar.

Para comunicarse con Nils: nils@cristal.hlg.sld.cu


Dr. José Rojas Bez
Profesor Titular de la Facultad de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte de Cuba, Cuba.