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LOS MEDIOS Y LAS REDES ANTE EL PRELUDIO DEL 2012

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Por Juan José Solis Delgado

 

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Inicia el año 2011 y en México ya se comienza a hablar del 2012. La materia es la sucesión presidencial que como cada seis años, promete ser reñida y determinante para el rumbo del país. También como cada sexenio, los medios de comunicación adquirirán un papel relevante en la construcción democrática. Sin embargo, este 2012 la democracia y los medios de masas mexicanos enfrentarán por primera vez, con un potencial nunca antes visto, la penetración y diseminación imparable de las redes sociales.


Todavía en la pasada elección presidencial del año 2006, las redes sociales influían tibiamente en los ciudadanos, los medios de comunicación hoy llamados tradicionales, gozaban aún de la influencia sobre la información que se daba a conocer por parte del sistema político – electoral; no obstante, el crecimiento en el número de usuarios de las más influyentes redes sociales, transformaron (radicalmente) la idea de informar tanto que en las elecciones intermedias del pasado 2009, muchos de los candidatos al congreso decidieron apostar por participar directamente en las redes sociales, haciendo (digámoslo así) su propia comunicación social.


En ese sentido, la verticalidad de la información hasta antes de la redes sociales, se ha diluido de forma dramática, hoy impera la horizontalidad como mecanismo de flujo informacional, diversos periodistas de medios tradicionales, han emigrado a las redes sociales porque en ellas han encontrado el mecanismo de transmisión inmediata de información, y al tiempo, el ejercicio de someter al escrutinio público sin intermediarios, la veracidad de los datos. Así, tenemos que el poder de las redes sociales no sólo es la prontitud y rapidez de su réplica por el ciberespacio, sino además, la capacidad de valoración analítica sobre su contenido, que al tiempo es reproducido una y otra vez.


Así, el año 2012 representa una convergencia de dos formas sistemáticas de informar: los medios de masas y las redes sociales. Ambas plataformas coexistirán en la medida en que se nutren de información que tienen y dan a conocer. Sin embargo, la mecánica de aprehensión será distinta, primero, porque hay una diferencia marcada en el acceso de una y otra, los medios de masas, están precisamente al alcance de grupos mayoritarios y con dispositivos de uso común, es decir, la televisión por ejemplo, tiene una cobertura a nivel nacional en señal abierta con un poder de penetración insuperable, mientras que en el caso de las redes sociales, dependen básicamente de la conexión a Internet y a la movilidad y capacidad de almacenamiento de información de los dispositivos electrónicos; y segundo, por el carácter de credibilidad y valor de aceptación que se le da a una y otra plataforma.


En los últimos meses, se ha experimentado una velada querella entre quienes participan en los medios de masas tradicionales y las redes sociales. Reconocidos líderes de opinión ven y acusan a las redes sociales como falsas, amarillistas y sin dotes de tratamiento profesional de la información; mientras que quienes participan en las redes sociales, observan en los medios tradicionales, ciertos rasgos de censura, inclinación a determinados intereses políticos, económicos, etcétera, pero sobre todo desconfianza por mantener su flujo de información en línea vertical. Evidentemente no es el caso de todos los medios, existen los que se han acoplado positivamente a las redes sociales con visión de futuro sin menospreciar su poder. El caso es que esta disputa la observan con atención los políticos que buscan un cargo público y por tanto el voto ciudadano, lo saben y por ello, confrontan sus dichos tanto en medios tradicionales como en redes sociales, para verse beneficiados de la opinión pública que se genera en una y otra plataforma.


Por ello, como en lo relacionado al fortalecimiento de procesos democráticos, mucho se ha hecho en materia de participación ciudadana y laboratorios mediáticos de observación, quizá sea momento de plantear también una observación sistemática a la información que se presente en la redes sociales, porque los mismos riesgos y acciones que se presentan en los medios de masas, también podrían eventualmente presentarse en la redes sociales y éstas por su capacidad de reproducción podrían convertirse en principales protagonistas de la contienda electoral.


Si parafraseamos aquella máxima de Fidel Velázquez de “quien se mueve, no sale en la foto” hoy tendríamos que usar la expresión “quien tuitea o feisbuquea tiene muchas posibilidades de salir en la foto”, por ello, es importante volver la mirada hacia las redes sociales sin dejar de mirar a los medios tradicionales, ambas plataformas son y serán (por lo menos en nuestro futuro inmediato) las formas de comunicación más efectivas y complejas que la sociedad haya creado.


Si partimos entonces de que el mundo de la comunicación y la transmisión de información está cambiando, en el próximo 2012, no sólo estaremos frente a la puja política por decidir quién será el próximo presidente de México, sino también seremos testigos activos del comportamiento de los medios de comunicación de masas y las redes sociales, además de que seremos espectadores de primera fila de la construcción social a través de estas modernas formas de comunicación que convergerán también, en la transformación de la idea de comunicar.

 


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