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LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA DIFERENTE

twitter: ¿evidencia del autismo de los candidatos?

 

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Por Claudia Benassini F.

 


Fecha de publicación: 27 de febrero de 2012

Hace seis años, a través del correo electrónico circularon presentaciones en Power Point, la mayoría denostando a tal o cual candidato presidencial. Algunas cuidadas, otras con faltas de ortografía y realizadas bajo la practica del copy-paste, la mayoría se concentró en Andrés Manuel López Obrador y, en menor medida en Roberto Madrazo y Felipe Calderón en ese orden. Gradualmente, de los buzones de los correos los Power Points pasaron a YouTube. De hecho, en este momento podemos encontrar todavía muestras de estos ejercicios que, dicho sea de paso, contribuyeron a la distorsión de la imagen de los candidatos y no aportaron nada al debate, mucho menos a la construcción de la opinión pública En cambio, sí contribuyeron a la construcción de representaciones simbólicas que armonizaban con los promocionales que bajo el slogan “un peligro para México” presentaban a las audiencias los escenarios catastróficos que conducirían al país a la debacle en caso de que López Obrador asumiera la presidencia de la República.

Falta un mes para que se inicien formalmente las campañas presidenciales. Desde hace algunas semanas han comenzado a circular los Power Points con características similares a las arriba descritas. Hasta el momento la tendencia, al menos la que he visualizado hasta el momento, se concentra en Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota. Si esta tendencia se prolonga más allá del 30 de marzo estaríamos frente a un signo inequívoco de que no hemos aprendido de la experiencia de hace seis años. A estas alturas, es difícil aventurar los escenarios que se presentarían de continuarse esta práctica. Es previsible que la tendencia a la denostación y la descalificación contribuyan a la polarización del proceso electoral con consecuencias difíciles de aventurar. En este sentido, las redes sociales constituyen un buen simulacro de que la polarización de cara al proceso electoral está vigente.

Lo de hoy son las redes sociales y Twitter la más activa en el proceso electoral. Desde hace aproximadamente tres años millones de usuarios mexicanos han obtenido sus cuentas para seguir primero a sus amigos y después tejer sus propias redes con los personajes de su interés en el deporte, el espectáculo, la política y los medios de comunicación. En Twitter se ha iniciado el debate electoral. Desde sus propias redes, los twitteros ofrecen a sus seguidores material diverso relacionado con el tema.  Desde comentarios personales hasta retwitts a opiniones comunes, textos publicados en periódicos, revistas y portales informativos así como ligas a podcasts y a entrevistas radiofónicas o ligas a YouTube. Todo esto acorde con los intereses de quienes van construyendo su Time Line a propósito del proceso electoral, entre otros temas.

En este contexto, el nivel del Time Line de los twitteros es muy variable. Primero, por las posiciones políticas de los usuarios quienes directa o indirectamente defienden a sus candidatos y cuestionan a los demás recurriendo a las estrategias arriba descritas. Segundo y en consecuencia, por el tipo de materiales con los que van construyendo sus Time Lines y más aún por los comentarios con los que acompañan estos materiales. Tercero, por los seguidores con quienes interactúan y la consecuente manera en que se van construyendo las respectivas líneas conversacionales. Estos elementos confluyen en el más importante: el nivel y la calidad del debate que, en este caso, se sostiene a través de las elecciones a través de Twitter. El resultado: un complejo y previsible entramado característico de las redes sociales, en el que confluyen diversidad de opiniones, coinciden materiales seleccionados y opiniones entre usuarios. Distintos niveles de interacción y de diálogo no siempre llevado a término sobre todo con las figuras mediáticas que se dirigen a comunidades crecientes mientras ellos –con sus excepciones- suelen seguir a una restringido número de colegas y amigos.

En este contexto Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, y Josefina Vázquez Mota –citados en orden alfabético- suman seguidores cotidianamente. Medios impresos y electrónicos suelen dar cuenta de los incrementos sin tomar en cuenta la perspectiva cualitativa. Es decir, las características de los seguidores: mucho se habla de bots y cuentas falsas, pero no del perfil de los seguidores y, sobre todo cómo construyen sus relaciones con los candidatos. Lo cierto es que una mirada a los respectivos Time Lines muestra que, en mayor o menor medida los candidatos son objeto de críticas que suelen repetirse hasta el punto de que pierden el sentido y el significado con los que inicialmente fueron formuladas. El resultado: se convierten en estereotipos que contribuyen a las construcciones simbólicas de los twitteros sin aportaciones relevantes al debate o a la reflexión: la República amorosa de AMLO; los dislates de Peña Nieto en la Fil y sobre la “señora de la casa”, así como el estado inconveniente bajo el que Vázquez Mota habría dado una entrevista o si se avergüenza del sobrepeso de su hija son tan sólo algunos ejemplos.

La respuesta de los precandidatos ha sido nula. No se trata de hacerle juego a las descalificaciones y bromas de mal gusto. Se trata, en cambio, de diseñar una estrategia tendiente a aprovechar el potencial de las redes sociales como vías para entrar en contacto con el electorado. Hasta ahora, los pocos twitts que suben los cuatro –Quadri parece mostrar la misma tendencia- no toman en cuenta a los seguidores.  Se limitan a dar cuenta de sus recorridos de precampaña –hasta el 15 de febrero- y a enviar comentarios triviales que contribuyen al proceso de construcción simbólica arriba descrito. Tampoco se perciben intentos por entrar en contacto con sus seguidores, o al menos responder los twitts. Toda la responsabilidad parece recaer en los Community Managers, por cierto todos cortados por la misma tijera: no hay diferencias cualitativas importantes en las maneras en que los precandidatos entran en contacto con sus seguidores.

En suma, el periodo intercampaña, que sí permite el acceso a Internet y a las redes sociales, abre un espacio para que los candidatos diseñen estrategias que les permitan estar en contacto con sus seguidores, que perciban son tomados en cuenta. Y también para diseñar estrategias para mediatizar las críticas y descalificaciones incorporando nuevos contenidos a las construcciones simbólicas de cada precandidato. De seguir como hasta ahora, el uso de Twitter por parte de los candidatos no pasará de ser una moda y una estrategia desperdiciada como hasta ahora ha sucedido en México en otros procesos electorales como en el Estado de México y Michoacán.

PANDORAMA: 1. Gabriel Quadri, candidato presidencial por el Partido Nueva Alianza, utiliza su Twitter de manera diferente. Se nota que él responde los mensajes; quizá más adelante tendrá que recurrir a algún apoyo. Comenta las críticas que formulan los twitteros con respecto a sus actividades como ambientalista y a su proyecto presidencial. Un referente que debiera ser observado por la competencia ya que puede ser de utilidad para los propósitos planteados en el último párrafo. 2. Avanzan los trámites para que el Canal del Congreso pueda tener señal abierta en la zona metropolitana. Como es sabido, actualmente la señal se recibe sólo a través de los sistemas de televisión de paga.



Síganme en Twitter: @ClaudiaBenassin

 


Claudia Benassini
Profesora de las Universidades Lasalle y Simón Bolívar. Miembro del Consejo Directivo de Razón y Palabra.


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