Cibercrastinación: la patología de conexión perenne

México

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CIBERCRASTINACIÓN: LA PATOLOGÍA DE CONEXIÓN PERENNE

Fecha de publicación: 6 de agosto de 2012

El fenómeno comenzó a proliferar silenciosamente junto con el auge de las redes sociales, los teléfonos móviles y las tabletas. La sensación de estar continuamente conectado a Facebook y Twitter ha propiciado que les concedamos un tiempo creciente. Un tiempo creciente del que no somos conscientes, como tampoco –suele suceder- del lugar y la situación en la que estamos. En horas de oficina y el salón de clase, en lugares públicos aunque estemos acompañados, en nuestros ratos libres en lugar de dedicarlos a otro tipo de actividades. En éstos y otros escenarios, la afición por las redes sociales amenaza con transformarse en una compulsión. Ahora sabemos que es un fenómeno mundial que ya tiene nombre y comienza a ser estudiado: la cibercrastinación. José Valle, especialista en redes sociales, proporciona una mirada a los síntomas del problema:

De acuerdo con José Valle, especialista en redes sociales, el cibercrastinador es incapaz de llevar a cabo sus obligaciones porque pasa buena parte de su tiempo navegando en Internet, revisando su correo electrónico, actualizando su perfil de Facebook. Yo añadiría que también está conectado a Twitter, redactando mensajes que no rebasen los 140 caracteres. De acuerdo con Valle, los casos pueden llegar al extremo de hacer a un lado las responsabilidades que tenemos a nuestro cargo y reemplazarlas por la perenne conexión a la red. Adicionalmente, todos podemos ser procrastinadores sin que necesariamente estemos conscientes de este comportamiento.

El especialista añade que es muy difícil determinar hasta dónde es normal, aunque proporciona algunos indicadores para que los interesados reflexionen su caso particular:

¿Cuánto tiempo pasamos frente a la computadora con la intención de estudiar o trabajar? Muchas horas. “Si eres de los que a la jornada laboral le añades la formativa o estás en una línea de ocio educativo, pueden superar fácilmente las 10 o 12 hora al día, ¿verdad?”
¿Qué hacemos durante el tiempo que estamos frente a la computadora? ¿Teníamos algún objetivo concreto, qué actividades concluimos, hemos aprendido algo durante la semana? “¿Has cumplido un 80% de tus objetivos o compromisos? Está muy bien, puedes obtener un poco más, pero tu uso de ordenador no afecta a lo que haces y liberar la mente de vez en cuando es muy sano. Si además es lejos del ordenador, mejor que mejor”. Podríamos añadir que en este punto el contacto con las redes sociales puede incluso servir de distracción entre actividad y actividad.
“¿Estás en el 60% de las tareas realizadas? Préstale atención a tu comportamiento, intenta administrar mejor tu tiempo y fíjate en lo que haces. Si pasas 250 horas al mes delante de la pantalla y la cibercrastinación ocupa 100 horas, el 40% del total, una mejora del 30% supone 360 horas al año ganadas, 45 jornadas de 8 horas, casi tres meses hábiles”. Tiempo suficiente, continúa el autor, para realizar una serie de actividades relacionadas con intereses personales o actividades sociales.
“¿Eres de los que malgastas la mitad o más de tu tiempo frente al ordenador? ¿No eres capaz de dejar de ver las noticias que llegan por el RSS? ¿La entrada de un nuevo powerpoint en el mail es lo que estás esperando? ¿Dedicas una parte del día a ligar en el chat, intercambiar experiencias por la webcam o a visitar sitios porno sin control? Probablemente eres consciente de tu problema y deberías tomar medidas inmediatamente. Si no lo eres, con mayor razón, porque lo que te ocurre puede llegar a ser muy grave y afectar a tu vida personal, familiar y laboral. Tu salud mental y física pueden estar en serio riesgo. Nuevamente podemos añadir el número de horas empleadas en estar actualizando el perfil de Facebook o enviando mensajes a través de Twitter. Personalmente, me atrevería a decir que estas dos actividades están ganando terreno a las descritas por José Valle, independientemente de la edad del usuario.

Valle finaliza su ensayo con algunas sugerencias para manejar el problema:

Apagar la computadora y realizar otras actividades durante algunos minutos.
Reflexiona sobre lo que está ocurriendo: ¿cuándo comenzó a pasar?
¿Desde cuándo eres consciente de que te sucede?
¿De qué forma está afectando tu vida?
¿Quieres acabar con el problema?
¿En qué malgastas la mayor parte del tiempo frente a la computadora?
En suma, Valle propone que el cibercrastinador debe proponerse llegar al extremo de apagar la computadora cuando inicia el proceso de conexión con el ciberespacio.

Como puede observarse, todavía queda mucho por decir sobre la cibercrastinación, sobre todo porque se trata de un fenómeno que va en aumento. Entre sus implicaciones podemos citar el ausentarse de contacto interpersonal, bajo rendimiento laboral y/o estudiantil y las derivaciones de estas implicaciones. Seguramente todos conocemos por lo menos a una persona que esté en esta situación, lo que nos indica el incremento del problema. Un problema que, reitero, se ha agudizado con el auge de las redes sociales y los dispositivos móviles. Un problema que, en suma, amenaza con convertirse en una patología que podría ameritar el tratamiento de un especialista.

PANDORAMA. 1. Más de seis horas duró la falla satelital que retiró del aire gran parte de los canales de Cablevisión, Dish y SKY. Los aficionados a películas, programas infantiles y musicales fueron los más perjudicados. Por un momento regresamos a 1985, cuando la oferta televisiva se limitaba a la televisión abierta y a un Cablevisión muy limitado geográficamente hablando. Ese regreso nos llevó a la reflexión sobre la calidad de la programación de la televisión aérea que quizá muchos no advirtieron por la transmisión de los Juegos Olímpicos en Televisa, Azteca y la Tercera Cadena. 2. En días pasados la Asociación Mexicana de Derecho de la Información (AMEDI) interpuso un amparo contra el acuerdo de la Comisión Federal de Competencia tras su aprobación de la fusión Televisa-Iusacell. Entre las principales razones sobresale la excesiva concentración mediática y sus repercusiones para las audiencias. Es probable que este amparo no prospere y su presencia sea más bien simbólica. La alianza camina para beneficio de quienes controlan el 95% de la televisión aérea en México. De lo que no se sabe es de la licitación para las dos cadenas de televisión digital abierta: una condición puesta por la CFC para aprobar la fusión. El proceso y otorgamiento de las cadenas deberá concluirse en un plazo no menor a dos años para no revertir la decisión.

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Claudia Benassini
Profesora de las Universidades Lasalle y Simón Bolívar. Miembro del Consejo Directivo de Razón y Palabra.

(2011)

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