Cine a la carta a través de Internet: una opción en crecimiento

México

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cine a la carta a través de internet: una opción en crecimiento

Fecha de publicación: 20 de agosto de 2012

Hace aproximadamente un año abordamos en este espacio el caso de Netflix. Una opción que entonces se presentaba en México para ver diversos contenidos a través de Internet. Por $99 pesos mensuales el usuario tiene la posibilidad de acceder a películas de diversos géneros y programas de televisión, sobre todo sitcoms y telenovelas. ¿Qué necesitamos para ver Netflix? Además de la suscripción –que incluye la posibilidad de un mes gratuito de prueba-, el contenido puede recibirse a través de la computadora o la televisión conectada a la computadora, consolas de juego y tabletas electrónicas, entre otras opciones.

De manera casi simultánea a Netflix apareció Yuzu. Por $149 pesos mensuales y una oferta similar a Netflix, esta segunda opción ofrece estrenos periódicos y aparentemente un catálogo más amplio que su competidora. Más recientemente apareció Vudu –ligada a Grupo Wallmart- con una oferta de contratación diferente a sus competidoras. Sin necesidad de firmar contratos y de pagar mensualidades, por $25 pesos el interesado tiene la posibilidad de acceder al material por dos noches. La oferta de contenidos es más o menos similar a la de su competencia. ¿Y qué tal Crackle, propiedad de Sony? Ofrece acceso gratuito a una amplia oferta de cine y televisión producida sobre todo por el grupo mediático al que pertenece esta firma originalmente japonesa. Y también está Nuflick, un espacio dedicado sobre todo al cine independiente. La oferta de corto, medio y largometrajes permite acceder a películas de manera gratuita –aunque se pide una cuota que oscila entre los $10 y los $30 pesos para los productores- y películas alquiladas a bajo costo. Adicionalmente Nuflick permite a los interesados subir sus materiales a la plataforma y establecer los términos de exhibición: gratuita, con costo o con cuota de recuperación.

Como puede observarse, unas piden contrato, otras son más flexibles y permiten acceder a la programación cuando el usuario lo desee. Unas requieren un pago mensual, otras cuando se utilice el servicio y otras son gratuitas. Lo cierto es que estamos frente a una nueva modalidad de acceder a diversos contenidos a través de Internet que comienza a interesar a diversas empresas. Con ello se incrementan las opciones y con ellas la exigencia de ofrecer servicios cada vez más competitivos. Todas coinciden en un punto: los términos de exhibición se limitan a su reproducción mediante las opciones arriba citadas. Dicho de otra manera, queda estrictamente prohibido apropiarse de los materiales, sobre todo para su comercialización; hacerlo es causal de delito, toda vez que esta restricción está contenida en los términos de contratación de todas las empresas.

De lo anterior se desprende que estamos frente a una opción de reciente aparición en el mercado de transmisión y recepción de contenidos. Una opción que promete ser exitosa si consideramos el rápido incremento de la competencia y de las opciones. En este sentido, con excepción de Nuflick la oferta del resto es fundamentalmente de entretenimiento. Esta característica permite deducir que el público meta es más o menos similar. Pero también nos conduce a una nueva modalidad de acceder a contenidos que bien puede competir con los videoclubs, toda vez que desde casa el usuario puede tener acceso al catálogo, solicitar sus materiales y verlos a través de las plataformas arriba mencionadas. Con ello se eliminan la renta por película y acudir al videoclub para seleccionar el material de nuestro interés de un acervo creciente pero limitado en número de copias. El cine a la carta a través de Internet cuenta con un catálogo creciente, disponible para todos los interesados sin necesidad de salir de casa a buscar películas y videos con el riesgo de que no los encontremos.

En resumidas cuentas el cine a la carta a través de Internet es una oferta que tiende a incrementarse en términos de disponibilidad y contenidos. A mediano plazo, podría poner en jaque a la industria del videoclub por las características señaladas. Implica también el surgimiento de un nuevo tipo de espectador que puede seleccionar los contenidos de su interés disponibles en una amplia gama de distribuidoras. Porque, con excepción de Netflix y Yuzu, las otras opciones no necesariamente se invalidan entre sí. Asimismo, en la medida en que se incremente el número de usuarios, esta nueva opción se constituirá en otra razón para el descenso del rating de la televisión y en la puesta en marcha de nuevas estrategias programáticas para reinventarse. Pero también puede ser una oportunidad para que las televisoras recurran a estas plataformas para dar una salida diferente a sus producciones, hasta ahora disponibles sólo a través de la difusión vía este medio.

Una última reflexión. El escenario arriba descrito muestra la modalidad de cine a la carta vía Internet a través de cinco ejemplos. Todos concebidos en Estados Unidos, desde donde se han extendido a otras regiones del globo. En esta medida, se presenta como una opción a la que pueden incorporarse distribuidoras cinematográficas y televisivas de otras regiones. De hecho, podría ser una plataforma para dar salida a la producción independiente de televisión, similar a la estrategia seguida por Nuflick para el cine. Pero esto significa únicamente dar otras salidas a la producción que no necesariamente se traduce en mejoría en la calidad de los contenidos, sobre todo televisivos.

PANDORAMA. 1. La decisión del gobierno federal de rescatar la banda de 2.5 Ghz de MVS y licitarla a otros competidores ha resultado sorpresiva tanto para los concesionarios como para su competencia y los expertos en la materia. Una de las incógnitas más importantes se refiere a los tiempos: ¿Por qué no dejar la decisión al siguiente presidente, que podría acompañarla de una política en materia de telecomunicaciones? 2. Relacionado con lo anterior, se ha manejado que la decisión del rescate obedece más a una revancha del gobierno federal que a una política integral en el sector. Hasta el momento la razón más importante de esta decisión se atribuye a la negativa de los hermanos Vargas –concesionarios de MVS- de prescindir los servicios de la periodista Carmen Aristegui. De ser así, estaríamos frente a un atentado contra la libertad de expresión que incluso podría trascender al próximo sexenio. 3. Recordemos que en febrero de 2011 Carmen Aristegui se negó a leer un comunicado de la Presidencia de la República que la obligaría a retractarse de sus dichos en su espacio radiofónico a propósito del alcoholismo que padecería el presidente Calderón. Todo esto llama a las suspicacias anteriormente descritas. Hasta el momento la posición de MVS se ha manifestado a través del comunicado leído por Joaquín Vargas en conferencia de prensa el miércoles 15 de agosto. Todo indica que en breve MVS hará pública su posición frente a la decisión tomada por el gobierno federal.

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Claudia Benassini
Profesora de las Universidades Lasalle y Simón Bolívar. Miembro del Consejo Directivo de Razón y Palabra.

(2011)

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