Twittercounter: del dato duro a la especulación

México

LA CAJA DE PANDORA
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA DIFERENTE

twittercounter: del dato duro a la especulación

Fecha de publicación: 26 de noviembre de 2012

En otras ocasiones nos hemos sumado en este espacio a quienes cuestionan la compra de usuarios para ampliar sus cuentas en redes sociales. Un recurso que estuvo presente en las campañas presidenciales cuyo propósito es mostrarse ante las comunidades de las redes sociales como un personaje con altos índices de popularidad. Más recientemente, se ha mostrado que los usuarios con numerosos usuarios son requeridos por algunas campañas publicitarias para promover la venta de algunos productos; en este caso sobra decir que el usuario percibe un ingreso por determinado tiempo a costa de simular que es más popular de lo que realmente es. Pero habrá quienes compren seguidores simplemente por el gusto de que quienes los rodean reconozcan en ellos más liderazgo. Cabe añadir que la red social Twitter es la que presenta el mayor número de compradores de seguidores, tanto por los fines arriba mencionados como por otros que se relacionan con la inseguridad inherente a la naturaleza humano o bien, a sabiendas de que se trata de una estrategia de simulación identificada como tal por el o los usuarios que la utilizan.

Desde estas perspectivas, los interesados en medir la popularidad de los usuarios de las redes sociales han diseñado estrategias para dar cuenta de la credibilidad de los números que los tuiteros muestran en el rubro de sus “seguidores”. Uno de ellos es Twittercounter, que pretende estimar el porcentaje de usuarios verdaderos y falsos que conforman una cuenta. El método se basa en la selección de una muestra aleatoria a la que se le asigna un puntaje para cada seguidor. Esta puntuación se basa en el número de twetts, fecha del último y la relación de los seguidores con otras variables. Los titulares de Twittercounter admiten que el método no es perfecto, pero es una buena manera de saber si una persona con muchos seguidores los ha incrementado por métodos fraudulentos o deshonestos (http://www.twitteraudit.com/).

El procedimiento parece sencillo. Simplemente hay que entrar a la página arriba citada y teclear el nombre de quien nos interesa saber la información. El diagnóstico puede tratar varios minutos, dependiendo del número de seguidores o incluso del tipo de navegación a través de la red. Pero el diagnóstico llega. Pongamos el caso de Enrique Peña Nieto quien, según su cuenta, tiene 1’133,340 seguidores:

El diagnóstico –efectuado hace dos meses- indica que la cifra de seguidores es confiable en un 62%: 699,271 son verdaderos y 434,069 son falsos. ¿Cómo validar esta información? Twitteraudit asigna una puntuación de calidad y los puntos reales que tendría cada seguidor apoyado en la metodología arriba citada. En este caso, el diagnóstico es que Peña Nieto tendría un 62% de seguidores reales y el resto serían falsos: comprados, bots u otra modalidad. ¿Podemos dar por buenos estos datos y, a partir de ellos afirmar que quienes administran la cuenta de Peña Nieto se han hecho de más de 400 mil seguidores falsos para inflar su popularidad en Twitter? Para probar la eficacia del instrumento pasé mi cuenta por el Twitteraudit. El resultado fue el siguiente:

Y aquí empiezan las dudas. Primera, solicité la auditoría el viernes 23 de noviembre, no hace tres meses, con un número mucho menor de seguidores. Segundo, de los 2,692 que tenía en ese momento el 96% es confiable y 97 cuentas son falsas. En este sentido, puedo asegurar que durante los casi cuatro años que soy usuaria de Twitter nunca me he valido de alguna estrategia para incrementar mi número de seguidores. Además 97, equivalente al 4%, es una suma ridícula para intentar simular que soy muy popular. Estos resultados, en suma, me hacen dudar de la confiabilidad de Twittercounter como instrumento para validar el número de seguidores de Twitter. Podría mostrar otros ejemplos pero creo que con estos dos es suficiente para dar cuenta que no es confiable publicar los resultados de este diagnóstico, mucho menos afirmar que tal o cual usuario ha comprado un número determinado de seguidores para incrementar su popularidad.

Desde luego, estos dos ejemplos son insuficientes para afirmar de manera contundente que Twittercounter es una herramienta poco eficaz para mostrar el número de seguidores fantasma que tiene un usuario. Se trata de información que, en todo caso, debe ser validada en primera instancia por él mismo o por quien administra su cuenta. Pero no puede usarse como una prueba contundente para afirmar que tal o cual usuario compra seguidores. Por lo demás, el instrumento reafirma el planteamiento que formulamos en este espacio en la entrega del lunes 29 de octubre. Podemos discutir las razones que tiene un usuario para recurrir a esta estrategia; podemos o no estar de acuerdo con ella. Pero volvemos también a un punto varias veces planteado en este espacio. Si se modificara la lógica de Twitter y en vez de medir los liderazgos por el número de seguidores lo hiciera a través del número de Retuits de un tuitero los resultados serían diferentes. Quizá para algunos espacios como la publicidad el número de seguidores pueda ser importante para seleccionar usuarios de Twitter que los apoyen en la promoción de determinados productos. Pero además de la importancia de modificar los criterios, será también importante diseñar instrumentos confiables que realmente den cuenta de la compra de seguidores para cualquier propósito.

PANDORAMA: 1. Mientras algunos medios han recibido la línea de no hacer menciones negativas sobre la gestión de Felipe Calderón otros se dan vuelo. Analistas y columnistas publican feroces críticas sobre sus fallidas estrategias y dan por hecho que pasará a la historia como uno de los peores presidentes de México. Para otros medios, especialmente la televisión, la transición de Calderón a Peña Nieto ha sido de terciopelo. Cuestión de enfoques. 2. Una mirada sobre todo a la prensa da cuenta de hacia dónde comienzan a orientarse analistas y columnistas. Se incrementa la inclinación a señalar las bondades de Peña Nieto –que ya estaba presente en algunos espacios- y el optimismo desborda. Otros medios y sus colaboradores optan por la mirada crítica que los ha caracterizado. 3. Todo indica que no habrá convocatoria para licitar dos cadenas de televisión digital abierta. En diversos espacios Mony de Swaan, presidente de la Cofetel, ha manifestado que los consejeros no se ponen de acuerdo en algunos detalles. La pregunta es si en el sexenio de Peña Nieto se abrirán licitaciones para nuevas concesiones de televisión.